Nuestro Proyecto Educativo Institucional
La información reciente sobre los primeros años de vida del ser humano, nos indica que la estimulación del hogar del niño, más la colaboración de profesionales de la educación, es clave y trascendental en el desarrollo cognitivo de una persona. Es más, estudios internacionales sobre la biología del aprendizaje han demostrado que el desarrollo neuronal logra su pleno potencial durante los primeros seis años de vida, y que es en este periodo donde los niños son especialmente sensibles al desarrollo de destrezas básicas principalmente a aquellas vinculadas a un desempeño óptimo en educación formal (Leseman, 2002).
Estamos conscientes que todos los métodos de aprendizajes buscan el desarrollo integral de los párvulos, pero además nosotros, necesitamos, del que nos permita a la vez, de manera efectiva la transición armónica del niño y la niña a la educación formal y que este proceso no conlleve demasiados costos emocionales para nuestros niños, además de observar niños contentos, aprendiendo y asistiendo al establecimiento.
El Currículo Integral. Lo elegimos en primera instancia, porque sus bases están en los planes y programas del ministerio de educación, (Bases Curriculares de Educación Parvularia) por lo mismo, es un currículo que ya está probado y estandarizado por el resto de establecimientos educativos de educación inicial en nuestro país.
El Currículum Integral tiene tres fundamentos que es importante mencionar:
El Filosófico: Que concibe al menor como un ser integral, que aprende de manera holística a través de los sentidos. Acá el rol de las educadoras de párvulos es de artífice de un ambiente estimulante para que el niño pueda crear su propia forma de ser y acceder a su plenitud como ser humano, tanto individual como respetuoso de los demás.
Psicológico: Acá podemos mencionar dos grandes psicólogos, que nos han enseñado a comprender la psicología infantil y de cómo estos aprenden; nos referimos en una primera instancia a Erick Erikson quien plantea que a través del juego el niño supera mejor las experiencias de frustración, los fracasos y facilita el desenvolvimiento del yo, destacándose la autonomía. Y a Jean Piaget, quien nos indica lo siguiente: el niño es considerado como un ser activo en el aprendizaje, aprende o reinventa, organizando y reorganizando sus experiencias, es fundamental la interacción del niño con su medio, en un proceso de desarrollo y aprendizaje.
El Pedagógico: En este tipo de fundamento se dan los siguientes principios necesarios de considerar en todo el proceso enseñanza aprendizaje de los niños:
Principio de actividad y auto actividad: El niño necesita de la actividad para aprender, del movimiento, es más, se podría considerar como una necesidad propia de cada individuo.
Principio de singularidad: Cada niño presenta sus propias necesidades, intereses y características de la cultura donde vive. Por lo mismo debemos educar desde los aprendizajes previos, que posee o ya traen los menores.
Principio de comunicación: No sólo entendido el lenguaje verbal y escrito, sino el relacionado con las artes propiamente tal, como medio de autoexpresión del cuerpo y alma.
Principio de autonomía: Permitirle al niño hacer, desenvolverse y desarrollar al máximo su autonomía, capaz de elegir, preguntar y responder cuando sea necesario.
Principio de Flexibilidad: Nada es rígido en las relaciones con las personas, necesitamos de la flexibilidad para ir probando nuestras decisiones y mejorándolas al mismo tiempo.
Principio de equilibrio: Necesitamos organizar y dar equilibrio a la vida y en general a las rutinas que realizamos con los niños, no existen los extremos, sino que valoramos lo intermedio.
¿Qué Beneficios nos Aportan Estos Principios en la Educación de Nuestros Niños?
El niño aprende en su totalidad, con todo su ser de manera holística, y no por partes disgregadas.
Se realizan experiencias educativas, donde el párvulo desarrolle la creatividad y el pensamiento divergente, como también el cálculo y el lenguaje.
Favorecer la comunicación del niño entre sus pares y con los adultos de la sala.
Relaciones horizontales del equipo de trabajo, de manera de aunar esfuerzos en beneficios del desarrollo integral de los niños, además de servir de modelo favorecedor de relaciones propositivas ante el educando y su familia.
Flexibilidad en la rutina, cuando sea necesario, atender a las preferencias y gustos de los niños.
Organización del espacio, como ambientes educativos favorecedores de aprendizajes que inviten a los menores a jugar en ellos y que sean intencionados por parte del adulto en beneficio al desarrollo integral del niño.
Participación de los padres en el desarrollo educativo de sus hijos, capacitarlos y mejorar el rol formador de los mismos.
Observación periódica del lactante y párvulo, para las próximas planificaciones, de manera de potenciarlo de acuerdo a sus necesidades, características e intereses.
Se procuran realizar juegos infantiles con reglas y normas, así como también otros espontáneos por parte del niño.
La Evaluación
Como todo proceso ordenado y sistemático el currículo plantea tres tipos de evaluaciones:
• La diagnóstica: Para saber los conocimientos que traen los niños y qué necesitan aprender en el establecimiento.
• La Formativa: Para evaluar los avances de los niños y cambiar si fuese necesario los procedimientos educativos de los adultos.
• La sumativa: que mide el resultado de los logros en los niños, y la retroalimentación del trabajo en equipo realizado durante el año. Etapa de reflexión y toma de decisiones para los próximos aprendizajes.
Es de suma relevancia dar a conocer que así como hemos seleccionado el currículum integral, como nuestro norte; de igual forma creemos que los aprendizajes se deben entregar de manera personalizada, de esto nace la motivación del equipo de trabajo, que los niveles educativos del jardín infantil sean de un máximo de 16 niños con dos agentes educativas por sala y salas cunas de 14 lactantes.